Las tradiciones familiares son un bonito momento de encuentro con la familia, con los Seres que amamos, generalmente son espacios de unión y de felicidad. Pero NO SIEMPRE es así. Las tradiciones, las normas y las costumbres son perfectas para aquella persona que las creó y las introdujo en tu sistema familiar, quizá como una proposición o como una imposición. Independientemente de la forma en que surgiera, no quiere decir que sean las más adecuadas o favorables para ti.
Puede que incluso las hayas acatado a ciegas, cumpliéndolas por que es lo “debes” o “tienes” que hacer, como una ESCONDIDA OBLIGACIÓN, respaldándote en excusas como “es lo que siempre he hecho, “es lo que hace mi familia”, “es que si no lo hago les haré daño”… u otra creencia limitante y errónea que te lleva al rol de pena, culpabilidad o de victimismo.
¿Te has parado a pensar si lo que siempre has hecho es lo que quieres hacer? ¿Es lo que te hace feliz? ¿Si vibra con la persona que eres ahora o quieres llegar a ser? No estás obligado a seguir patrones familiares que simplemente no deseas mantener. Y esto no te hace una mala persona, te hace ser un Ser que escucha su corazón y sigue los dictados de su alma para cumplir con su propias necesidades y deseos.
Rompe las reglas y siéntete libre, porque aunque la misma sangre corra por tus venas, no eres como tu familia y mucho menos eres lo que ellos esperan de ti. Eres un Ser LIBRE e INDEPENDIENTE viviendo sus propias experiencias y recorriendo diferentes caminos de vida que son lo que tú necesitas para tu aprendizaje y evolución.
¿Por qué crees que haciendo lo que ellos te impusieron de niño o ya de adulto te hace sentirte mejor persona? ¿Por qué crees que si no haces lo que ellos de cierta manera te exigen causarás su rechazo y les romperás el corazón? Amar es ACEPTAR y RESPETAR a la otra persona su verdadera esencia, sin deseos que cambie ni pierda su autenticidad para convertirse en alguien que no es, sin máscaras ni falsas apariencias.
Te ves forzado a mantener leyes encasilladas que quizá te parezcan absurdas, pero realizarlas sin cuestionarlas es mucho menos doloroso que la idea de enfrentarte a la situación de exponer lo que sí quieres hacer y lo que sí piensas de verdad acerca de estas costumbres. Sientes MIEDO a desprenderte de las dependencias, miedo a crear confrontaciones o miedo al que dirán y pensarán sobre ti o peor, que ni siquiera lo reconozcas porque no seas consciente de esta situación.
¡Tienes el derecho de desligar estas tradiciones e incluso de crearte tú mismo nuevas costumbres que sí te hacen feliz y sí vibren con tu frecuencia!
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